Ya sea que se deba a un accidente automovilístico con fuego, exposición accidental a productos químicos peligrosos, un cortocircuito eléctrico o cualquier otro medio, es importante tomar en serio una lesión por quemadura después de un accidente. Incluso las quemaduras leves pueden requerir atención médica costosa y provocar un dolor físico significativo. Las quemaduras más graves suelen causar daños permanentes e incluso pueden poner en peligro la vida. Si usted o un ser querido fueron quemados porque otra persona actuó imprudentemente o descuidadamente, reteniendo un abogado especializado en lesiones catastróficas podría ser la mejor manera de recuperar sus pérdidas financieras. Un abogado calificado en lesiones por quemaduras en Austin puede explicarle sus opciones, ayudarlo a elaborar una demanda integral o una demanda de acuerdo y trabajar para asegurar una resolución favorable dentro o fuera de los tribunales en su nombre.
Los distintos peligros de las quemaduras graves
Cuando sólo se ve afectada la capa superior de la piel, se considera quemadura de primer grado. Dado que estas lesiones tópicas suelen curarse por sí solas después de unos días, generalmente no constituyen un litigio civil. Por el contrario, la exposición prolongada a líquidos calientes o vapor, productos químicos cáusticos y corrientes eléctricas vivas puede provocar quemaduras de segundo grado, que dañan dos capas de la piel: la epidermis externa y la dermis interna. Este tipo de quemaduras se caracterizan por ampollas, una coloración blanca de la piel y un dolor físico significativo, y a menudo es necesaria una intervención médica para evitar cicatrices permanentes. Las quemaduras de tercer grado, que implican la destrucción de la epidermis y la dermis, así como daño a los músculos y huesos subyacentes, son las más peligrosas. Estas lesiones comúnmente resultan en:- Una apariencia seca y coriácea de la piel.
- Daño a las terminaciones nerviosas.
- Cicatrización
- Pérdida permanente de sensación.
- Infecciones potencialmente mortales